domingo, 6 de noviembre de 2011

Análisis literario: La originalidad narrativa de Pedro Páramo


La novela de Juan Rulfo, Pedro Páramo, identificado como un gran clásico del siglo XX, cautiva al lector con su originalidad y singularidad tanto de la trama como de los elementos espacio – tiempo; en cuanto a la trama, considero que lo que más significativo de la historia es que todos sus personajes están muertos, pero que si bien desde el más allá, reviven su pasado contando su historia a Juan Preciado, todas éstas se encuentran inmersas en un mundo que por  ser ya inexistente, está cubierto de ecos, sombras, sonidos, lágrimas y calles vacías que causan en el lector un sentimiento de soledad que lo hacen sentir en un mundo irreal.

Causa mucho impacto el tiempo estático durante el desarrollo de la obra, porque la historia de Comala, Pedro Páramo, Juan Preciado, María Dyada y todos sus personajes sigue mientras el tiempo se queda paralizado en un narrador que cambia de diálogo a monólogo interior y evidencia que no existe una cronología sino que se encuentra solo expresando nada más que sus pensamientos frente a la realidad de dicho pueblo ¨muerto¨ como lo caracterizó Rulfo cuando declaró que su propósito de escribir Pedro Páramo era ¨el deseo de hacer vivir de nuevo a un pueblo muerto¨[1]. En consecuencia, es importante analizar que dentro de la obra se encuentran el narrador homodiegético que es Juan Preciado y que relata su historia en primera persona y otro en tercera persona que cuenta la vida del resto de personajes, caracterización que justamente brinda un valor auténtico a la obra. ¨Al recorrerse las nubes, el sol sacaba luz a las piedras, irisaba todo de colores, se bebía el agua de la tierra (…) – ¿Qué tanto haces  en el excusado muchacho? – Nada, mamá (…) En las lomas verdes. Cuando volábamos papalotes en la época del aire¨ (Rulfo, 18)

Para terminar, considero que Rulfo maneja un espacio cerrado a pesar de que el relato toma posición en una ciudad abierta, porque todo gira en torno a la soledad la violencia y la muerte, es decir que se encierra a todos los personajes de la historia bajo una misma nube mitológica que en ocasiones lleva al lector incluso agobiarse. ¨Este pueblo está lleno de ecos. Yo ya me espanto. (…) y en días de aire se ve al viento arrastrando hojas de árboles, cuando aquí, como tu ves, no hay árboles¨ (Rulfo, 47).
Palabras (425)


[1] Leal, Luis. “Juan Rulfo”, en Joaquín Roy, ed., Narrativa y crítica de nuestra América, Editorial Castalia: Madrid, 1978, pág. 270.

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